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Bases de la Política Monetaria para el año 2000

 

BASES DE LA POLÍTICA MONETARIA PARA EL AÑO 2000

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

  • LA ESTABILIDAD: OBJETIVO CENTRAL. El objetivo central debe ser preservar la estabilidad del nivel de precios, de forma que ésta sea sostenible en el tiempo.
     

  • EL IMPULSO AL CRECIMIENTO ECONÓMICO NO DEBE BUSCARSE EN EL BANCO CENTRAL, PUES ES EL RESULTADO DE LA INTEGRALIDAD Y COHERENCIA DE TODAS LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS. Utilizar la política monetaria por sí sola para forzar una aceleración del crecimiento económico equivale a poner en riesgo la estabilidad y a que dicho crecimiento sea, al final, efímero.
     

  • LA COORDINACION CON LAS FINANZAS DEL SECTOR PÚBLICO (GOBIERNO Y ENTIDADES PÚBLICAS) ES FACTOR BÁSICO PARA EL ÉXITO DE LA POLÍTICA MONETARIA. Unas finanzas públicas sanas son una condición indispensable para que la estabilidad económica sea sostenible y, por ende, el éxito de la política monetaria está en función del apoyo que reciba de la política fiscal.
     

  • EL MECANISMO DEL MERCADO ES EL QUE DEBE REGIR EL ESTABLECIMIENTO DE PRECIOS MACROECONÓMICOS. Las acciones del banco central deben orientarse a moderar la volatilidad de los precios macro (tasa de interés y tipo de cambio), no así a modificar su tendencia de equilibrio.
     

  • EL FORTALECIMIENTO DEL SISTEMA FINANCIERO ES ESENCIAL PARA RECUPERAR EL CANAL DE CRÉDITO. La modernización integral del marco regulatorio y de supervisión así como el impulso a la competencia (vía fusiones, por ejemplo), son factores fundamentales para restablecer la creación secundaria de dinero, propiciar la eficiencia del mercado y darle efectividad a la política monetaria. El fortalecimiento de la autonomía de la banca central también puede contribuir a tales propósitos.

 

B. PRINCIPIOS OPERATIVOS

 

  • EL CRÉDITO DE ÚLTIMA INSTANCIA ES SÓLO PARA SITUACIONES DE ILIQUIDEZ DE CORTO PLAZO. Los adelantos de emergencia deben ser exclusivamente para asistir financieramente a bancos con problemas temporales de liquidez. Debe buscarse que los problemas de reestructuración se financien con recursos del gobierno.
     
  • LAS MEDIDAS DE POLÍTICA DE BANCA CENTRAL DEBEN SER DE APLICACIÓN GENERAL Y NO ESTAR ORIENTADAS A SECTORES O ACTIVIDADES ESPECÍFICAS. Las medidas monetarias aplicadas con propósitos sectoriales introducen privilegios que redundan en ineficiencia en la asignación de los recursos.


  • EL BANCO CENTRAL DEBE PROVEER A LA ECONOMÍA DE LOS MEDIOS DE PAGO ADECUADOS QUE EVITEN DESEQUILIBRIOS. El banco central debe actuar prontamente, mediante instrumentos indirectos, para corregir desequilibrios por exceso o escasez de dinero primario en la economía.
     

  • LAS PRINCIPALES FUENTES DE CREACIÓN DE DINERO NO ESTÁN EN EL BANCO CENTRAL. El dinero sin respaldo (inorgánico) emitido por el banco central es fuente de desequilibrios macroeconómicos. La generación de reservas monetarias internacionales por parte de los sectores privado y público, así como el gasto del gobierno, son las principales fuentes generadoras de liquidez para la economía.
     

  • ES NECESARIO FORTALECER LAS RESERVAS MONETARIAS INTERNACIONALES. Un incremento en las reservas internacionales constituye una señal importante para los inversionistas extranjeros, lo cual permite la generación de expectativas positivas en cuanto al comportamiento del tipo de cambio y la sostenibilidad de la posición externa.
     

  • EL ENCAJE CONSTITUYE LA PRIMERA FUENTE DE RESGUARDO DE LIQUIDEZ DE LOS DEPÓSITOS DEL PÚBLICO. En la actual situación de fragilidad bancaria, el nivel actual de encaje constituye un mínimo indispensable para resguardar la liquidez de los depositantes, por lo que no es conveniente reducirlo sin que se haya resuelto la debilidad bancaria. Para que el encaje cumpla con esa función de resguardo, es necesario que, a la mayor brevedad posible, se modifique su método de cómputo, lo que, además, permitirá moderar la volatilidad en el mercado de dinero.
     

  • LAS MEDIDAS DE POLÍTICA DEBEN ADOPTARSE CON BASE EN LOS INDICADORES ECONÓMICOS. Las percepciones subjetivas y las opiniones de grupos de presión no deben orientar las decisiones de política, ya que las medidas así adoptadas pueden resultar inconsistentes con el objetivo final y pueden dar lugar a que se dé marcha atrás en las mismas rápidamente, afectando así la credibilidad en la política. Contar con dicha credibilidad es fundamental para la eficacia de la política monetaria.

 

 

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